La noticia de la ubicación por parte de Microsoft de un "centro de innovación en productividad" en Manresa , con la habitual colaboración de instituciones públicas (¡mamones!) que van a gastarse su dinero en promocionar los productos y servicios de la multinacional (¡viva el libre mercado!) me ha revuelto las tripas. (Visca el tripartit! Visca el pacte del Tinell!)
Estaba a punto de expresar mi indignación, cuando veo que se me adelanta Javier Cuchí con quien comparto la naúsea que nos provocan estas noticias.
Asi que me permito reproducir su artículo original . Ahí va...
La Rosa y el osito
De la serie: «Correo ordinario»
La gran meada de colonia en los ambientes oficiales y, especialmente, en los de la Catalunya central, porque Micro$oft va a crear un centro de innovación en Manresa. La música triunfal del Mesías de Haendel resuena y atrona en toda la carraca mediática del poder cataláunico: ya somos salvos de la deslocalización y nada podrán contra nosotros los chinos perversos que se nos lo han comido todo menos las criadillas. Las criadillas permanecerán en su lugar, descanso, gracias a la Rosa de España que, buena como las hermanas dominicas que nos llevan de paseo y de excursión, ha llevado la tecnología catalana a las estrellas, las galaxias y los quasares montándonos el Silicon Bages.
No obstante, en algunas listas de correo tecnológicas catalanas, lo que se mea es más bien vinagre y la música que procede de ellas es tan cacofónica que no sé si suena el Requiem de Mozart o la banda sonora de «Bitelchús». Desde la lamentación común de que la administración de la Generalitat se gaste dinero público en humo de colores hasta la específica -y muy sentida- de que el Ayuntamiento de Manresa, que parece que llevaba adelante una apuesta seria y decidida por el software eficiente (o sea, el libre), se haya implicado en esta pachangada.
Todo sea por la foto, que se acerca el día de Todos los Santos y luego hay primavera municipal.
Porque, en realidad, si lo miramos bien, no es más que eso: la foto y el humo. A ver si no: el centro se va a dedicar, según el CIDEM, a la mejora de la productividad en la empresa privada y en la Administración, mediante el impulso del uso de las tecnologías de la información, y la optimización de la oferta de las empresas proveedoras de tecnología Microsoft (la traducción del catalán es mía). O sea que -tal como dice uno de los participantes en la lista dedicada a las administraciones públicas de Softcatalà- los ciudadanos de Catalunya le vamos a dar una pasta a Micro$oft para que Micro$soft venda mejor sus productos a nuestras administraciones públicas.
Es de locos. Pero es que todo lo que hay detrás de las administraciones públicas (y muy especialmente de las catalanas) y Micro$oft es de locos, por no decir otra cosa. Y lo ha sido siempre, además, desde que, mediados los 90, nos dieran el pelotazo (en toda la coronilla) con la historia de los ochenta millones de aquellas pesetas de entonces por la traducción al catalán de una versión de Window$... cuando faltaban tres meses para que se lanzara la siguiente.
En el fastuoso centro trabajarán cinco personas; habrá que hacer venir más pateras porque, después de esto, el mercado de trabajo en Catalunya va a ser deficitario. Las cifras que se barajan... a ver, a ver... son de: Micro$oft pondrá un milloncito de euros; nosotros, los tontos de los catalanes, pondremos otro tanto a través de la Generalitat; los manresanos, a través de su ayuntamiento pagarán, además de lo que les toca como catalanes, un cuartito de millón de euros; otro tanto (cuartito) pondrán a partes iguales la Caixa de Manresa y la Cambra de Comerç, aunque éstas pueden hacer de su capa un sayo, puesto que son entidades... ¿privadas? De hecho, la Cambra de Comerç es oficial -administración institucional, algo parecido a los colegios profesionales- y de adscripción obligatoria (y muy cuestionada por el pequeño comercio).
En resumen, una rechifla y un escándalo. Esto es, vamos, de puro juzgado de guardia.
Y encima, cachondeo. Véanse si no las declaraciones de la Rosa de España tal como aparecen en «La Vanguardia» del 29 de septiembre (y en idéntico sentido y prácticamente redactado en «El País» y en «Avui» de la misma fecha): el nuevo centro «constituye el reto más importante de Microsoft en Catalunya en el terreno de la competitividad ya que su utilización efectiva permitirá aumentar la productividad catalana en un 10% en los próximos años». Y se queda tan fresca. O sea, lo que, en definitiva, no es más (no es otra cosa) que una barraca infecta, constituye el reto más importante de Microsoft en Catalunya y la dama dice, sin despeinarse ni nada, sin que ningún comentarista económico la despeine tampoco, que la utilización del conventillo este aumentará la productividad catalana en un 10 por 100 en los próximos -e indefinidos- años. Nada menos que un 10 por 100 de la productividad catalana, oye. Lo dicho: que llamen a las pateras, a los cayucos y a los autocares del este, que aquí falta gente. También nos faltarán (y a punta de pala) perros con los que atar tantísima longaniza: las sociedadesprotectoras de animales están de enhorabuena.
«Avui», además, pese a estar -ahora- en la oposición y confiando (sus posibilidades tiene) en que sus mentores regresen al poder antes de Navidad no vacila en aumentar la proporción del concentrado esencial de la colonia profusamente meada y le da un positivo así de grande a la hispánica Rosa bajo el campanero titular «El gigante en casa». Alucinante.
En fin. No nos podemos llamar a engaño. Ya sabemos qué panorama nos espera en Catalunya para los próximos años, gane quien gane las elecciones. La batalla del software libre y de los formatos libres está aquí perdida. No irremisiblemente, hay una esperanza muy tenue, pero cierta: un movimiento cívico que termine con esta vergüenza. Se está en ello, ya hay algo de rebomborio al respecto, pero ya veremos qué pasa al final, qué chapeos se calan y qué espadas se requieren. La buena voluntad (indudable, personalmente la certifico) no basta por sí sola. Hay mucho trabajo por delante, la ciudadanía no sabe prácticamente nada de lo que está pasando (y lo poco que sabe está completamente intoxicado, como hemos visto en los medios citados) y concienciarla va a ser una labor tremenda. En ella, no sólo no podemos contar con nuestros políticos sino que, encima, podemos estar seguros de su oposición feroz. Están entregados, prácticamente todos ellos, al enorme complejo de saqueo de los presupuestos públicos tecnológicos que Micro$oft encabeza y al que da superestructura, pero que está virtualmente abarrotado de golosos compulsivos que quieren su parte del pastel.
Oh, por cierto... Olvidaba el encantador detalle final de doña Rosa (que da título a esta entrada): cuando supo que en el parque tecnológico dentro del cual va a estar enclavado el invento fumígeno va a ubicarse también la sede corporativa de Tous -ya sabéis, el joyero de los ositos- se le escapó el subconsciente: «yo también tengo joyas Tous; si lo llego a saber, me las habría puesto hoy» («Regió 7», 29 de septiembre). Jo, pues si llegan a establecerse también ahí Samblancat, Kukuxumutxu (o como se llame ese lío) y otros similares, a la García sólo le hubiera faltado aparecer con un MP3 en cuyos auriculares se oyera al niño de los tirabuzones.
Un MP3, pero no iPod. Por supuesto.
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